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lunes, 30 de enero de 2012

Humor



















TokyoFlash reloj Sudoku

El reloj más entretenido del mundo te dice la hora al resolver un Sudoku




Ahora que Casio resucita sus ochenteros relojes calculadora nos llega lo ultimo de lo ultimo en entretenimiento de muñeca con el reloj Sudoku de TokyoFlash Japan. Pero no vayamos tan rápido porque el reloj Sudoku de momento no es mas que un concepto, como muchos otros anteriores de TokyoFlash que no se sabe si llegará alguna vez al mercado.

Como suele ocurrir con esta marca de relojes, lo de menos es saber la hora y en esta ocasión la complicación es tan extrema que es necesario resolver el Sudoku para poder conocer la hora. Lo bueno es que te da pistas, ya que los números que faltan son los que conforman la hora correcta. Vamos ideal para llegar tarde a todos sitios, pero eso si, manteniendo la cabeza en forma.

Curiosidades SUD


Tres imagenes populares… incompletas.


Todos los días se aprende algo nuevo…. hace tieeempoooo que conocía que la famosa imagen de “Jesús retorna en gloria” de la segunda venida, tenía un “pequeño” error doctrinal. En esta imagen, el Salvador vuelve en blanco inmaculado sobre tierras que inclusive he escuchado es Utah, aunque Utah no pinta en ningún lado en la segunda venida e Israel también es desértico, de todas formas el punto es que las escrituras no dicen que vendrá de blanco, si no que con sus ropas rojas. Isaías 63:3 pregunta ¿Por qué es rojo tu vestido y tus ropas como las del que ha pisado el lagar? y Juan en Apocalipsis 19:13 es aun mas especifico señalando que esta vestido “de una ropa teñida en sangre” ademas de varios otros detalles. Una imagen más “doctrinalmente correcta” que también muestra el tema de la llegada en un caballo blanco sería la siguiente:


A favor de la clásica imagen, por lo menos el cinturón del Señor aparece correctamente en rojo.

Hace un tiempo, estudiando del Libro de Mormón me di cuenta que la famosa imagen de Del Parson de la traducción del libro, en la que aparece José con Oliver, es por decir lo menos, poco prolija históricamente. Tiene por lo menos dos errores fuertes, el primero es que según los relatos el proceso de traducción nunca se hizo “a plancha descubierta” frente a Cowdery. O había una manta de separación o las planchas estaban cubiertas, pero nunca estuvieron ahí directamente a vista y paciencia de todos. El segundo error es que no hay relatos que digan que José leyese o tradujese directamente de las planchas “a ojo” nomas como se muestra en esa imagen. Como vimos en estudios anteriores, el proceso aun no está claro pero los relatos más comunes son la traducción vía lentes y pectoral, como la imagen del libro de historias de Doctrina y Convenios y los relatos de traducción vía espiritual con José recibiendo revelación dentro de un sombrero.

En esta ocasión, las imágenes históricamente correctas según los relatos deberían ser a lo menos similares a las siguientes:





De todas formas, las imágenes no son completas-completas. Falta el escriba, la separación de José y el resto y según algunos relatos, en el caso del sobrero también estarían presentes las planchas cubiertas con una mantita como una especie de catalizador.

Y como nunca se deja de aprender, hoy estaba viendo un documental que tenía desde hace tieeeemmmpooooo acerca de José hecho por académicos de la BYU (la estoy subiendo para compartirlo) y resulta que esta famosa imagen de Moroni apareciendo a José, también es históricamente errada….


Según la historia, en la casa que la familia Smith tenía en aquel tiempo en Palmyra los hijos dormían juntos en un segundo piso siendo los hermanos varones 5, contando a José. Por tanto cuando Moroni se le aparece a José tres ocasiones en esa noche, iluminando completamente toda la pieza y todo eso, también están presentes sus hermanos aunque evidentemente, nunca se enteran de lo ocurrido.

El documental ilustra la versión correcta con una pintura que nunca había visto. Recuerden, el documental viene de la BYU.


Sorpresa?. Aun no me creen?. Hombres de poca fe, vayan ahora a JosephSmith.net, página oficial de la Iglesia, y miren fijamente la imagen que ilustra el articulo del Libro de Mormón. Cha chaannn!!!

Curiosidades

Sightmap, el mapa fotográfico del mundo
¿Cuales son los lugares más fotografiados del planeta?

Este singular mapa muestra los puntos calientes del mundo en lo que a captura de fotografías se refiere. La imagen está generada por Sightsmap una aplicación que utiliza la información de Panoramio para geoposicionar las fotos y mostrar así los lugares del planeta donde más fotos se sacan por minuto. El mapa permite ver… en tiempo real como evolucionan las fotos. Como curiosidad puede mostrar cuales son los 5 lugares con más fotos geoposicionadas que en el momento de escribir este post son París, Roma, Barcelona, Estambul y Nueva York pero se le puede sacar mucha mas información

jueves, 26 de enero de 2012

Tecnologia

Hiriko, el prototipo de coche eléctrico plegable


El citycar del MIT se presenta como Hiriko y quiere estar en la calle en 2013



Hace ya años el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) desarrolló un curioso concepto de coche electrico biplaza llamado citycar cuyo punto más destacable era la capacidad de plegarse para ocupar menos espacio al aparcar. Pues bien, ayer el citycar se materializó bajo el nombre de Hirikogracias al prototipo desarrollado por un consorcio de empresas (Guardian, SAPA Placencia, TMA, Forging Products, BRW – Basque Robot Wheels, Maser MIC e Ingeinnova) con sede en Vitoria-Gasteiz en el que también han participado el Gobierno de España y el MIT.

Lo cierto es que la presentación del primer prototipo primer prototipo plenamente funcional (o al menos eso prometen), realizada hace unos días ante presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, no ha sido tan real como nos hubiese gustado ya que apenas han mostrado un prototipo parado y que han adornado con algunas cifras sueltas como una autonomía de 120 km a una velocidad máxima de 50 km/h. Sorprendentemente la recarga se completa en apenas 15 minutos (en teoría). Si todo va según lo previsto este mismo año tendrán 20 unidades funcionales y comenzarán la comercialización del Hiriko en algún momento del 2013.

Su peculiar diseño cuenta con un ‘volante’ desplazable, una única puerta con apertura delantera (es decir por el parabrisas), un sistema de cuatro ruedas motrices robotizadas y un minúsculo maletero de 300 litros. Lo curioso es que no se considera como un coche desde el punto de vista regulatorio, sino como un cuatriciclo lo que permite conducirlo sin ningún tipo de licencia lo cual encaja perfectamente con su orientación al modelo de uso de car sharing, es decir, alquiler temporal del vehículo de forma similar a como ocurre ya en diversas ciudades europeas con las bicicletas. Así es el Hiriko en acción.






miércoles, 25 de enero de 2012

Humor SUD

ETAPAS DE UN MISIONERO
Estas imágenes son viejas ya ,,, pero igual da risa por que es cierto !!!! jajajaja




Curiosidades SUD



Nunca te rindas
(Antes de leer dale Click al video)


La mitología griega dice de Sísifo, un rey que fue obligado por los dioses a empujar una piedra enorme hasta la cima de una montaña alta. Cada vez que llegaron a la cima de la roca rodó montaña abajo, y Sísifo comenzó de nuevo su cargo sin fin de empujar la roca hasta la cima.

Para muchos, la vida misma puede parecer una carga tan implacable - un inútil, día a día letanía de las tareas repetitivas que prometen poco de recompensa, los momentos de alegría o incluso un fin de bienvenida. Los ensayos de, por ejemplo, enfermedad, opresión, pecado problemas de dinero, o la soledad han dejado a muchas física, emocional y espiritualmente pasado.

Desde la expulsión de nuestros primeros padres del Edén, la mortalidad ha sido definida por el desafío y el trabajo. Adán y Eva comieron el pan de cada día "con el sudor de tu rostro." Y su descendencia de los últimos días - cada uno de nosotros - están obligados a superar sus propios grados variables de dificultad y de lucha.

Pero el juicio cargado de vida no tiene que ser definido por "Sísifo" trabajo pesado. Si estamos anclados en Cristo y guiados por su Evangelio, nuestras tareas diarias asumir un tono diferente. Reconocemos la perseverancia como una cualidad divina que nos permite realizar tanto en su propósito inmediato y la recompensa eterna para todos nuestros nobles esfuerzos y el trabajo.

En su dirección de abril 2005 la conferencia general, el Presidente James E. Faust, Segundo Consejero de la continuación de la Primera Presidencia, habló de los amigos de la escuela secundaria que se destacó en los deportes, el teatro, la música y el habla.

"Algunos de ellos llegó a alcanzar el éxito en la vida, pero muchos de aquellos jóvenes talentosos y capaces de no perseverar y no pudo alcanzar su potencial. Por el contrario, varios hombres jóvenes son menos visibles y las mujeres en la misma escuela trabajó con diligencia, perseverancia y continuó con su educación y se convirtieron en médicos pendientes, ingenieros, educadores, abogados, científicos, empresarios, artesanos, electricistas, fontaneros y los empresarios. "

Éxito, agregó, es por lo general realizado por perseverante y no desanimarse cuando se enfrentan a retos. Citó el analista de noticias popular y autor Paul Harvey que dijo una vez: "¿Cuál es el secreto de que" Algún día espero disfrutar lo suficiente de lo que el mundo llama éxito para que alguien me pregunta, Diré simplemente esto: "Me levanto cuando me caigo. "

Los más fieles servidores del Señor no son inmunes a los desafíos de la vida diaria. De hecho, casi todos los profetas de los tiempos puede doblar como ejemplos de perseverancia en la oración constante, determinación y trabajo duro.

"La perseverancia de José Smith hizo posible la restauración de todas las cosas", dijo el presidente Faust. "Toda su vida se le trató con desprecio y el ridículo - desde el momento en que primero relacionado con la cuenta de la Primera Visión de un predicador de una religión importante, pero nunca vaciló y nos dejó su testimonio inquebrantable.".

La perseverancia es una característica positiva y activa.

"No es ocioso, esperando pasivamente y esperar que algo bueno suceda", dijo ElderJoseph B. Wirthlin , del Quórum de los Doce en la conferencia general de octubre 1987."Nos da la esperanza de ayudar a darnos cuenta de que el justo sufre ningún fallo, excepto en darse por vencido y tratando de no más tiempo.

"Cuando algunas personas tienen un trabajo difícil que hacer, renunciar a todo lo demás hasta que el trabajo esté terminado. Otros se dan por vencidos."

El élder Wirthlin repite el relato de Job del Antiguo Testamento, que perseveró en su fidelidad al Señor a pesar de tener que soportar el dolor y el sufrimiento indescriptible.Job miró a cada uno de sus desafíos abrumadora y persistente debido a que fue autorizado y alentado por su testimonio de Cristo y la comprensión de sus bendiciones eternas.

"El resultado de la perseverancia de Job se dice en la conclusión de la historia", dijo. "El Señor lo bendijo con una familia, buena salud y muchas posesiones. Él continuó en su curso, pese a la oposición implacable, hasta que vio al Señor" (Job 42:5).

El élder Wirthlin fue a declarar que la perseverancia es vital para el éxito en cualquier empresa, ya sea espiritual o temporal, grande o pequeño, público o personal. La perseverancia precede el éxito en llamamientos de la Iglesia, la escuela o el empleo. Es un ingrediente esencial para todos los logros significativos.

Fue el líder británico Winston Churchill, un hombre de Estado reconocido por su espíritu de determinación, que recordó el Parlamento y su pueblo durante los terribles días de la Segunda Guerra Mundial en "Nunca, nunca, nunca te rindas."

"Su mensaje fue realmente algo para ser recordado por [todos] los que lo oyeron, y por cada uno de nosotros", dijo Elder Wirthlin. "Nunca debe darse por vencido, independientemente de las tentaciones, frustraciones, desengaños o desaliento. ...

"Por supuesto que el último ejemplo de la perseverancia es nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, que ha sido y superar todos los obstáculos en hacer la voluntad de nuestro Padre Celestial. En efecto, Jesús es perfecto en la perseverancia y nos ha enseñado a ser perfectos como Él y su Padre es perfecto. El estudio de su vida puede ayudarnos a entender y vivir este importante principio.

"Desde el momento de la pre-mortal del consejo en el que Jesús se convirtió en el Cristo, el Mesías, el Salvador de toda la humanidad, a través de su reino milenario, él tiene y perseverar en la perfección, haciendo todo lo que su Padre había mandado. Debido a su amor por nosotros , se ofreció para cumplir con el plan de salvación con estas palabras: "Padre, hágase tu voluntad, y sea tuya la gloria para siempre" (Moisés 4:2).

Cristo volvería a demostrar perseverancia durante su estadía mortal en la tierra, resistiendo a las tentaciones de Satanás y, en sus últimos días, soportando las burlas y el maltrato físico de sus perseguidores.

"A través de su expiación y la resurrección, Él siempre para toda la humanidad, tanto la inmortalidad y la posibilidad de vida eterna. Él pagó el castigo por nuestros pecados si nos arrepentimos de ellos.

"Cuán agradecido estoy por el efecto que me produjo su amor y su perseverancia", declaró el élder Wirthlin.


Tecnologia

iDesk, el Surface conceptual de Apple

¿Cómo sería la mesa inteligente de Apple?





Que nosotros sepamos Apple no parece estar desarrollando nada parecido alSamsung SUR40, la mesa ordenador multitactil basada en el Surface de Microsoft que probamos en el CES. Pero hay gente como Adam Benton que les gusta fantasear y diseñar productos conceptuales como esta iDesk.

La iDesk es una mesa digital que utiliza una gran pantalla multitáctil como superficie donde mostrar la información, los widgets y las herramientas de trabajo. iDesk además es capaz de reconocer objetos situados encima e interactuar con ellos o con la información que contengan. Además de un diseño minimalista, lo más interesante sería el tipo de interfaz integrado y por supuesto la posible integración de un asistente tipo Siri. A mi me recuerda a la mesa de Dillinger de TRON (el original por supuesto)

Curiosidades SUD




La Traduccion y Publicacion del Libro de Mormon


The Translation and Publication of the Book of Mormon es el titulo de un articulo del tipo academico presentada por Stephen D. Ricks, profesor de Hebreo de la BYU e investigador del Maxwell Institute de estudios religiosos de la universidad de la Iglesia, conocido anteriormente como BYU-Farms.

En este articulo se describe en forma detallada, según los datos que tenemos, se efectuo la traducción del libro. Es bastante interesante ya que se aleja un poco de la tradicional imagen que tiene la mayoria de los santos de los ultimos dias acerca del proceso seguido por el Profeta y conocido por todo el mundo y entrega detalles adicionales que han sido revisados y mostrados por otros investigadores, no necesariamente santos de los ultimos dias.

El articulo condensa dos partes que publicamos hace unos años y aunque no es una traduccion perfecta, esta vez por lo menos corregi la ortografia

Que lo disfruten.

La traducción y publicación del Libro de Mormón

Por Stephen D. Ricks
Instituto Maxwell, Provo, Utah
.

Las opiniones expresadas en este artículo son las opiniones del autor y no representan la posición del Instituto Maxwell, la Universidad Brigham Young, o La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
1994 por Stephen D. Ricks. Transcripción de una conferencia presentada en el marco de la serie de conferencias del Libro de Mormón.


Me complace estar en condiciones de pasar algún tiempo con ustedes el día de hoy hablando de la traducción del Libro de Mormón. Tengo la esperanza de que al final de la conferencia de hoy podamos conocer un poco más acerca de lo que José Smith dijo y pensaba sobre la traducción del Libro de Mormón.
¿Qué dijo José Smith?
¿Lo qué otros -asociados, colegas y compañeros de trabajo, que lo conocieron en ese período de tiempo- dijeron sobre el proceso de traducción?
Y más allá de eso, hacer las preguntas que se refieren específicamente a los medios y el método que se utilizó en el proceso de traducción. Por medios me refiero a los instrumentos, los objetos que se utilizaron. Y descubrir lo que podemos aprender de eso.
Además de que, finalmente, ¿qué método se utilizó en el proceso de traducción? ¿Cómo es que José utilizo efectivamente estos instrumentos, los objetos que le fueron dados, a fin de ser capaz de traducir?

Estas cuatro son las preguntas que espero podamos discutir.

Todos estamos familiarizados, en mi opinión, con la ahora famosa carta a Wentworth, la carta que contiene los trece artículos de fe, en la que José describe el auge y el progreso de la Iglesia. En esta carta también se describe un poco acerca de la traducción del Libro de Mormón. Dijo que el Libro de Mormón fue traducido por medio del Urim y Tumin, mediante el don y el poder de Dios. En otras ocasiones utilizó un lenguaje similar en relación con el proceso de traducción.

En una carta que escribió a una persona muy popular, a quien se refirió como “el ministro judío Josué”, dice que la traducción se produjo por el don y el poder de Dios. Y en otros lugares, donde habla de la utilización del Urim y Tumin, o los Pectorales, o los intérpretes nefitas, como se denominan en el Libro de Mormón (y aquí debo añadir que el término entre paréntesis Urim y Tumin que se utilizan normalmente para describir los objetos o los instrumentos que se utilizaron para la traducción, en realidad nunca se encuentra así en el Libro de Mormón ), siempre y en cada ocasión simplemente utilizo la frase de que fueron usados por el don y el poder de Dios.

Podemos preguntarnos, por qué es que José era tan reticente a responder a esta pregunta con más detalle? Y sabemos que así fue, porque en 1831, en la Conferencia de octubre en Orange, Ohio, su hermano Hyrum, tan amado y quién hizo mucho, y que tanto hizo por José, le pidió, frente a la congregación, por favor, si se levantaba y contaba a los asistentes de la conferencia como había, con mayor detalle, relatar exactamente la forma en que el Libro de Mormón fue traducido. Y en respuesta a esa petición, José dijo que no era conveniente para él más que decir lo que ya se había dicho acerca del Libro de Mormón, y fue así que mayores detalles no se proporcionaron.

Reticencias que, sospecho, fueron el resultado de algunas malas experiencias que José podría haber tenido desde cuando dio a conocer las cosas sagradas a los individuos. Recordamos, por supuesto, que en el principio cuando José quería que la gente supiese acerca de las experiencias de la primera visión, el resultado fue una mayor persecución de la que él podría haber imaginado.

Hubo otro problema. A principios de la Iglesia, muchos de los primeros miembros de esta comenzaron a creer que era sólo por y a través de la utilización de la piedra del vidente que era posible recibir la revelación. Por lo tanto, comenzaron a sentir que para que fuese legítima las revelaciones que estuviesen dándose, era un requisito que la piedra del vidente tuviese que estar allí. José, como veremos, pronto abandonó la piedra del vidente porque se sintió que ya no tenía necesidad de usarla. Esta gente siguió creyendo que la piedra era fundamental. Por lo tanto, creo que a causa de esta actitud entre algunos miembros de la Iglesia, así como la actitud que pudieran tener los sospechosos que se encontraban fuera de la Iglesia, decidió no decir nada más de lo que él dice que hay en estas declaraciones, que “fue por el don y el poder de Dios ” como tradujo el Libro de Mormón.

Sin embargo, afortunadamente, otros testigos han dicho más sobre ello. Han hablado tanto en términos de los instrumentos u objetos que se utilizaron con el fin de traducir el Libro de Mormón y además, también hablan en cierta extensión sobre el método que se utilizó. Y me gustaría tenerlos a ellos en cuenta.

Durante el proceso de traducción se menciona el uso de dos instrumentos de trabajo. Uno de ellos era la piedra del vidente. Todos, en mi opinión, conocemos la palabra, pero me gustaría que tuviésemos esto en cuenta, por que la palabra vendrá en el contexto de otros significados también. Y, en adición a esta, otra palabra, los “intérpretes”, a veces también llamados los intérpretes nefitas, o los Pectorales. Estos dos objetos parecen haber sido utilizados desde el principio en el proceso de la traducción del Libro de Mormón.

La piedra del vidente, hablaremos de ella en primera instancia. Parece que fue inicialmente encontrada por Joseph y su hermano Alvin, cuando trabajaban en la propiedad de Chase Mason en 1822 y es descrita, por uno de los testigos, como del tamaño de un pequeño huevo de gallina, con la forma de un zapato. Estaba compuesta de capas de diferentes colores que pasaban diagonalmente a través de ella. Era muy dura y lisa, tal vez por el hecho de llevarla en el bolsillo. La mayoría de las otras descripciones que tenemos dan una descripción muy similar a la anterior. [Nota: La imagen que acompaña esta descripción es de una "piedra vidente" de los Tiempos de José, similar en su descripción a la de José, pero no es precisamente la de José]

Resulta interesante observar que la piedra del vidente que Joseph le había pasado a Oliver, a raíz de la traducción del Libro de Mormón. Oliver la mantuvo en su poder hasta su muerte. Luego de ello, pasó a su esposa, Elizabeth Ann Whitmer Cowdery, quien se la dio a Phineas Young, que era el hermano de Brigham Young, el cual fue a Missouri, donde Elizabeth estaba en ese momento. Phineas volvió a Utah con la piedra y se la dio a su hermano, Brigham, quien la mantuvo y la guardo para la Primera Presidencia y, con la excepción de una breve tiempo cuando fue comprado por alguien más, se ha mantenido como propiedad de la Primera Presidencia desde ese momento y sigue siendo una parte de las posesiones de la Primera Presidencia.

Hay también varias historias, además de la historia que acabamos de hablar, en relación a los intérpretes. Tal vez la mejor y la más larga descripción que tenemos de los intérpretes es la que obtenemos del hermano menor de José, William. William, como ustedes recordarán, fue miembro del primer Quórum de los Doce. Más tarde rechazó la Iglesia y la dejó. No se congregó con los Santos en Utah, pero él siempre se mantuvo fiel a su testimonio del Libro de Mormón. Fue el que vivió mas de entre los del Quórum de los Doce originales.

Murió en 1893, y en 1891, dos años antes de su muerte, dos caballeros, el Sr. Peterson y el Sr. Pender, lo entrevistaron acerca de sus recuerdos del proceso de traducción del Libro de Mormón. En el curso de la entrevista, que supieron, entre otras cosas, sobre el Urim y Tumin y el pectoral de bronce. Dijeron que le preguntaron qué se entendía por la expresión “dos aros de un arco, hechas de manera antigua”? Dijo que era un doble arco de plata trenzado en forma de 8, por lo cual la idea de “dos aros en un arco” parece un poco como a un par de gafas, pero un par de gafas como los que se ven como en la figura de un 8. Y los dos piedras se colocaron, literalmente, entre los dos aros, esto es, dentro de los bordes, a fin de proporcionar los medios para que el individuo, que era el vidente, puede mirar y ver.

Continuó diciendo, se adjuntaba una varilla que estaba conectada con el borde exterior del hombro derecho del pectoral. Al echar la cabeza un poco hacia adelante de la varilla, el Urim y Tumin quedaba ante los ojos, como un par de gafas. Un bolsillo se hizo en el pectoral, en el lado izquierdo, inmediatamente por encima del corazón. Cuando se utilizaba, el Urim y Tumin se colocaba en este bolsillo, la vara sólo se colocaba en el lado derecho, de longitud adecuada a fin de que pueda ser depositado. Este instrumento podía, sin embargo, estar separado del pectoral, y Joseph las llevaba a menudo separadas cuando traducía fuera de casa, pero siempre lo utilizo junto con el pectoral al recibir comunicaciones oficiales y por lo general durante la traducción, ya que le permitía tener ambas manos libres para manipular las planchas.

Entonces podemos ver la imagen que está siendo creada por el relato de William? El pectoral se refiere a la parte superior del cuerpo. En el pectoral hay un agujero en el que se podía poner los dos anillos unidos por un arco, a los intérpretes, así podría utilizarse para mantener las manos libres en el momento de la traducción o la recepción de una revelación. El además conto un par de cosas muy interesantes con respecto a estos instrumentos. Aparentemente, dijo, estos se hicieron originalmente para hombres de mucha mayor altura que José o William y era demasiado amplia, ya sea para los ojos de William o de José. Y, como consecuencia, provocó algunos problemas de tensión a la vista, debido a que los intérpretes fueron configurados para ser utilizados a algo más de distancia que la que por el tamaño de William o José se podrían usar en forma normal por lo cual su uso causó un cierto grado de fatiga visual, por lo cual William dijo que también podrían utilizar la piedra del vidente.

Ahora, podemos preguntarnos: “Bueno, ¿qué sabemos de la piedra del vidente, cuando se utilizó en lugar de los intérpretes?” Las historias varían un poco aquí, pero parece razonablemente claro que la piedra del vidente fue utilizada en todas las etapas del proceso de traducción. Hay por lo menos algunas posibilidades además de que los intérpretes nefitas también se utilizaron durante todas las etapas del proceso de traducción y también hay algunas preguntas acerca de eso.

Quisiera añadir aquí una historia muy interesante que fue dicha en relación con la piedra del vidente por Martin Harris, quien por supuesto, estuvo involucrado en el proceso de traducción desde el principio. El sabia que José utilizaba tanto la piedra del vidente así como los intérpretes. El dijo, sin embargo, que en una ocasión en la que José utilizaba la piedra del vidente con el propósito de realizar la traducción, se sintió cansado de este trabajo, uno se puede imaginar ello, después de dos o tres horas de una sesión de trabajo y así que ellos decidieron tomar un descanso. Harris conto que se fueron a la orilla de un río y se dedicaron a lanzar piedras a través del agua. Martin, sin que José lo supiera, recogió una piedra que era aproximadamente del mismo tamaño, forma y color de la piedra del vidente que José estaba usando y la puso en su bolsillo. Luego intercambio la piedra del vidente del Profeta por la piedra que él había encontrado, de manera que cuando José comenzó la traducción de nuevo, en lugar de tener la piedra del vidente tuvo la piedra que había sido recogida por Martin.

Martin, al hacer la descripción de esta experiencia, dijo que José miró intensamente en el sombrero que utilizaba para cubrir la piedra y que estuvo absolutamente silencioso durante varios minutos, algo que no suele suceder en el proceso de traducción, porque José simplemente seguía donde había quedado anteriormente, con lo cual la traducción era más o menos continua en su proceso. Luego de estar en silencio le dijo a Martin, “Martín, ¿qué ha pasado? Esto es tan oscuro como Egipto”. Y cuando él miró el rostro de Martin, Martin dice que el bajo la vista y Joseph le preguntó, “¿Qué pasa?” Martín le explicó y a continuación, José le preguntó, “¿Por qué cambiaste la piedra por la otra?” Y Martin le dijo: “Para probar que todos aquellos que decían que José taba simplemente inventando las palabras estaban equivocados”. Dijo que lo hizo para cerrar la boca de los tontos que hacían tales declaraciones.

Emma, la cual por supuesto también estuvo presente durante todo el proceso de traducción, afirma que en las primeras etapas de la traducción José utilizo principalmente los intérpretes nefitas. Más tarde el utilizo los intérpretes en menor medida, utilizando principalmente la piedra del vidente. Una declaración similar fue hecha por William McLellin.
Por otra parte, y creo que esto es muy importante, tenemos la declaración de Oliver Cowdery -a quien todos recordamos no participó en el proceso de traducción del Libro de Mormón hasta después de la pérdida de las 116 páginas- después de que José tuvo las planchas y le fueron quitadas y nuevamente restituidas. Oliver fue llamado a declarar en nombre de José en un juicio que tuvo lugar en 1830, fue llamado “bajo la acusación de un delito menor”, que básicamente significaba que a alguien que no le gustaba José había decidido presentar cargos contra él. A continuación, bajo juramento, testifico acerca de la traducción, Oliver dijo que José “utiliza dos piedras trasparentes que se asemejan a vidrio, unidos en aros de plata”. Y continúa diciendo, “Al mirar a través de estas piedras, José fue capaz de leer, en Inglés, la traducción de los caracteres egipcios que estaban grabados en las planchas”. Ya que la única experiencia que tenia Oliver del proceso, que acabo de mencionar, fue con José después de la pérdida y la recuperación de las planchas, su testimonio en este juicio sugiere que seguramente José seguía utilizando los intérpretes, incluso en esta última parte del proceso de traducción.

Del mismo modo, nos encontramos en varios número de la revista “Latter-day Saint Messenger” y “Advocate” con Oliver escribió lo siguiente: “Día tras día continuamente escribo en forma ininterrumpida desde su boca mientras el traduce con el Urim y Tumin o, como los nefitas le habrían llamado, los intérpretes, la historia, un relato llamado el Libro de Mormón”. Una vez más observaremos que el término Urim y Tumin no es un término que se encuentre en el Libro de Mormón, es algo que viene de más tarde. Probablemente en 1831 o así, tenemos la primera mención de esto, al parecer, no de José, sino de parte de WW Phelps o de Oliver Cowdery. Ellos usaron el término Urim y Tumin porque hallaron que era la mejor forma de tratar a describir a la gente el proceso, usando la terminología bíblica, de lo que utilizaba José para traducir.

Obtenemos el mismo tipo de declaración hecho por Oliver a Rueben Miller en 1848, la cual fue hecha muy cerca del final de su vida: “Yo escribí con mi propia pluma todo el Libro de Mormón, a excepción de unas pocas páginas, tal como salía de los labios del profeta, así como él lo traducía por el don y el poder de Dios, por medio del Urim y Tumin, o como eran llamados en ese libro, los santos intérpretes”. Al parecer, creo que entonces que lo más probable es que durante todo el período de la traducción, incluso desde el inicio de esta hasta el momento en que las 116 páginas de se perdieran, José utilizo tanto los intérpretes, las dos piedras en aros unidas a un arco, así como la piedra del vidente, la que había encontrado algunos años antes. Y que después del episodio de las 116 páginas, ambos se utilizaron también. Pero, en cierto sentido, la cosa más importante es que durante todo el proceso de traducción, José utilizo algunos medios sobrenaturales que le permitieron ser capaz de traducir el Libro de Mormón correctamente.

Ahora, hay otra pregunta que nos podríamos hacer, creo que una muy legítima. ¿Por qué tenía José que utilizar algún tipo de medio, ya sea los intérpretes, la piedra del vidente, o algo más para realizar la traducción? Una pregunta que también algunos de los primeros santos se hicieron . Orson Pratt, por ejemplo, informó que cuando preguntó al respecto, el profeta le dijo que el Señor le había dado el Urim y Tumin cuando tenía poca experiencia en el espíritu de inspiración. Pero ahora, él, -es decir, José-, había avanzado tan lejos que entendía la operación del Espíritu y ya no necesitaba la asistencia de ese instrumento. De hecho, ustedes deben recordar que mencione que luego de completada la traducción del Libro de Mormón, José le dio a Oliver la piedra del vidente, diciendo: “Ya no la necesitare usar mas”.

Ahora tenemos otro comentario muy interesante, hecho más tarde por Zebedeo Coltrin el cual también lo había conocido en aquellos primeros años. En 1880 Zebedeo Coltrin dijo lo siguiente: “José dijo, en relación con el Urim y Tumin o los intérpretes y la piedra del vidente, que ya no había necesidad de ellos y que él los había devuelto al ángel Moroni”. Eso es interesante porque aquí se trata, por supuesto, de los intérpretes y no de la piedra del vidente. Los intérpretes se retornan a Moroni, la piedra se le dio a Oliver. Pero José tenía el sacerdocio de Melquisedec y por medio del sacerdocio fue que se le permitió tener las llaves de todo conocimiento e inteligencia, como resultado de lo cual no era necesario para el uso de instrumentos como los intérpretes o la piedra del vidente.

Ahora, permítaseme señalar una cosa. En este sentido, hemos tomado nota de los términos “piedra del vidente”, “intérpretes” y “pectorales”. En la literatura, en general, parece que los términos intérpretes y Urim y Tumin se utilizan más o menos en forma intercambiable. Sin embargo, también parece ser que en algunos casos José, y otros, usaron la misma palabra Urim y Tumin para referirse también a la piedra del vidente. Por lo tanto, creo que tenemos que entender que Urim y Tumin, aunque suele asociarse a los intérpretes, también puede ser usado para referirse a la piedra del vidente. Lo más importante es que de nuevo se utiliza para referirse a cualquier cosa o medio sobrenatural que el Señor había puesto a disposición de José durante ese período, a fin de que pudiera traducir el Libro de Mormón.

La siguiente pregunta que podría venir entonces es, ¿como fue este método de traducir el Libro de Mormón?. Los medios de traducción que tenemos en la discusión son: La piedra del vidente, los intérpretes y el pectoral. ¿Y qué acerca del método? Explico José como el hizo para traducir el Libro de Mormón?.

La siguiente pregunta que podría venir entonces es, ¿como fue este método de traducir el Libro de Mormón?. Los medios de traducción que tenemos en la discusión son: La piedra del vidente, los intérpretes y el pectoral. ¿Y qué acerca del método? Explico José como el hizo para traducir el Libro de Mormón?.

Lamentablemente, en este caso tampoco nos proporciona más información acerca de cómo el Libro de Mormón fue traducido así como no lo hizo con la pregunta acerca de los medios que el uso. Él solo dijo que ocurrió por el poder y don de Dios. Esto es particularmente desafortunado debido a que sólo José, en este caso particular, estaba en condiciones de describir cómo realmente funcionaban los instrumentos, donde otros fueron solo capaces de describir algo para nosotros, con cierto detalle y precisión acerca de como José o los instrumentos parecían funcionar. Sin embargo, al menos dos compañeros de trabajo de José, gente que fue testigos del proceso de traducción, han hecho declaraciones sobre cómo José habría realmente traducido el Libro de Mormón.

Uno de ellos fue David Whitmer. Al final de su vida, en respuesta a algunas declaraciones que se estaban haciendo en relación a él y los primeros días de la Iglesia, David Whitmer escribió un discurso a “todos los creyentes en Cristo”. Escribió acerca de una serie de diferentes temas que inciden en la historia temprana de la Iglesia, pero también habla un poco acerca del proceso de traducción. Y esto es lo que dice sobre esto:


“Ahora voy a dar una descripción de la manera en que el Libro de Mormón fue traducido.
José ponía la piedra del vidente en un sombrero, cerca de su cara para suprimir la luz. Ahora bien, esto es en cierta manera parecido a lo que alguien podría hacer si estuviera mirando a través de un microscopio, o inclusive por medio de prismáticos. Uno tiene que eliminar la luz para poder ver.”

Entonces, el dice:


“En la oscuridad la luz espiritual podría brillar. Un trozo de algo parecido a pergamino apareciera y en este aparecería lo escrito. Un carácter a la vez aparecería y bajo esta estaba la interpretación en inglés. El hermano José leía el Inglés a Oliver Cowdery, quien era su escriba principal y cuando era escrito y repetido al Hermano José, para ver si era correcto, entonces desaparecería, y otro trozo con interpretación aparecería. De este modo, el Libro de Mormón fue traducido por el don y el poder de Dios y no por ningún poder del hombre“.

Se trata de una interesante declaración. Me gustaría volver a ella porque hay mucho en ella que es interesante.

Ahora recordemos que Martin Harris pasó muchos años de su vida fuera de la Iglesia, sin nunca variar en mucho su testimonio acerca de la Iglesia y en ninguna cosa su testimonio acerca del Libro de Mormón. Hacia el final de su vida tuvo una conversación con Edward Stevenson, quien fue miembro del Primer Quórum de los Setenta, el que le ayudó a volver al evangelio y lo llevó a Utah, donde pasó el resto de sus días. Edward Stevenson tuvo numerosas entrevistas con Martin Harris acerca de esos grandes acontecimientos que tuvieron lugar en los primeros días de la restauración y escribió acerca de esto. Edward le hizo muchas preguntas acerca de la aparición del Libro de Mormón y obtuvo una declaración de Martin en relación con la forma en que el Libro de Mormón fue traducido por José, la cual me parece extremadamente interesante y que vale la pena considerar por un momento.

Esto es lo que Edward Stevenson dice en relación con la descripción hecha por Martin Harris:


“Con la ayuda de la piedra del vidente, las frases aparecieron y fueron leídas por el profeta y escritas por Martin. Y cuando terminaban decían ‘escrito’ y si estaba correctamente escrita la frase entonces desaparecía y otra aparecía en su lugar. Pero, si no estaba escrita correctamente permaneció hasta que era corregido el error, de manera que la traducción se hizo del mismo modo en que se grabaron sobre las planchas, precisamente en el lenguaje que ellos usaron”.

Bueno, esta es una declaración muy interesante. En primera instancia vamos a examinar esta última parte de la declaración. Aquí señala que José podía leer lo que estaba escrito en la piedra del vidente, o los interpretes nefitas. Si era correctamente escrito por el escriba, entonces ellos podrían continuar. Pero si no estaba correctamente escrito él podía corregirlo. Nosotros podemos ver en el manuscrito original del Libro de Mormón, del cual aproximadamente una cuarta parte se encuentra aun en existencia (y que ha sido en los últimos años muy estudiado por Royal Skousen), que hay casos en los que una palabra, especialmente un nombre, está escrito de una manera y luego es tachado y es escrito de una manera ligeramente diferente.

Me puedo imaginar en aquellos momentos en que José estaba leyendo una palabra tratando de pronunciarla correctamente. La persona que está actuando como escriba lo escribía como él pensaba que debía ser correctamente escrita. Pero, en algunos casos, lo escribió en una manera que no era muy correcta, por lo cual José, que podía ver lo que estaba escrito, corregía la ortografía y, a continuación, después de corregirlo seguía traduciendo. En algunos casos esto es especialmente interesante, ya que estas correcciones tienen sentido solo a la luz de estos nombres como procedentes del antiguo Cercano Oriente y no podrían haber sido detectado como errores de sentido como nombres para personas que únicamente tenían una experiencia como conocedores solo del idioma ingles.

En un caso particular, me gustaría notar de un nombre que fue escrito originalmente con un “ck” al final de la misma. José, sin embargo, hizo que el nombre se corrigiese en las ultimas letras desde el “ck” a “ch”. Podemos ver en el manuscrito original como el “ck” esta tachado y se escribió el “ch” encima. Ahora bien, posiblemente para nosotros la forma en que se puede pronunciar un nombre con una “ck” o “ch” al final es prácticamente indiferente ya que es el mismo sonido, algo así como un “k”. Pero en el hebreo y en muchos otros idiomas que están relacionados con él, hay una gran diferencia entre el uno y el otro. Representan dos totalmente diferentes letras o sonidos.

Además el dice algo que creo que también es muy interesante. La traducción es del mismo modo en que se gravaron sobre las planchas, precisamente en la lengua que fue utilizada. El explica que se debe a que las frases que aparecen, y que fueron leídas por el profeta y a continuación, escrito por Martin Harris, en este caso particular, o por Oliver Cowdery en otros momento, desaparecería después de haber sido escrito correctamente. Creo que esto nos puede proporcionar información acerca de la forma en que la traducción se llevó a cabo, pero no nos dice necesariamente toda la historia. Además aquí puede haber algunas ideas erradas tanto de David Withmer como de Martin Harris acerca de como ellos suponían que las escrituras son reveladas que quizás no eran correctas. Quiero decir con “erróneas” la idea de que cualquiera cosa que José recibiese era directamente de la mente de Dios a la mano de José.

Ahora, quiero dejar muy claro que es mi firme convicción de que el Libro de Mormón es de origen divino. Por otro lado, me parece que José estaba profundamente involucrado en el proceso de traducción en una serie de aspectos importantes. Una de estas fue, en mi opinión, de que José tuvo que tomar decisiones en cuanto a algunas palabras particulares que se usarían en la traducción al Inglés. Yo creo que probablemente fue así, porque como ustedes probablemente recordarán, en la segunda edición de 1837 del Libro de Mormón, se realizaron numerosos cambios en el texto del Libro de Mormón en Inglés. Cambios realizadas por José o bajo su dirección. Ahora bien, si José hubiese pensado que todo en el Libro de Mormón vino directamente como Dios se lo había revelado a él entonces no hubiese tenido ninguna posibilidad de cambio, debido a que después de todo, esto es totalmente y absolutamente la palabra de Dios, entonces no estoy seguro de que él hubiese estado dispuesto a realizar cambios de cualquier tipo.

Además, creo que la participación de José en todo este proceso de traducción, se sugiere por lo que encontramos en la novena sección de la Doctrina y Convenios. Hay que recordar, Oliver había también un gran deseo de participar, no sólo como escriba, sino también como traductor, y así el pide el don de traducción el cual también se le entrega. Sin embargo a Oliver el Señor le dijo, “He aquí, no has entendido; has supuesto que yo te lo concedería cuando no pensaste sino en pedirme”.

Por lo tanto, Oliver debió haber pensado: “Todo lo que tengo que hacer es decir Yo quiero traducir” y las palabras me van a llegar. Ahora bien el Señor le dice que no, no es esa la forma en que funciona; El sigue diciendo: “debes estudiarlo en tu mente; entonces has de preguntarme si está bien; y si así fuere, haré que tu pecho arda dentro de ti; por tanto, sentirás que está bien”. Una vez más, tengo la impresión de que Oliver se imagino que el proceso sería algo así como “Si yo pregunto, el don me será entregado, y teniendo el don, entonces no se requiere un esfuerzo particular de mi parte, me basta con utilizar a los intérpretes, o la piedra del vidente y voy a tener la posibilidad de traducir”. El aprendió que era algo mucho más complicado el proceso real de traducción.

Estos versículos, en mi opinión, sugieren que se requiere de un esfuerzo por parte del traductor; de un real y verdadero esfuerzo. Para buscar, para encontrar la expresión adecuada, algo que no hubiera sido el caso si se tratase simplemente de algo revelado directamente de Dios a la mente y de ahí a la pluma del traductor.

Hay algunas otras pruebas, en mi opinión, de la idea de que estoy proponiendo aquí, de que hubo un verdadero esfuerzo por parte de José, que él no estuvo simplemente escribiendo lo que recibía a su mente directamente sino que se veía en la necesidad de elaborar ideas que se le daban para traducirlas a un Inglés correcto y aceptable al expresar los conceptos del texto original.

Tenemos registro de un ministro contemporáneo a José, que fuera bastante conocido, tanto por sus actividades en la Iglesia reformada Alemana, así como por haber sido un dedicado enemigo de la restauración. Su nombre era Deitrich Villers. El escribió a dos de sus colegas en York, Pensilvania en relación con el crecimiento de la Iglesia e incluye dos o tres declaraciones que son de lo más interesantes. Suponemos aquí, por supuesto, que no están escritos desde el punto de vista de un creyente, sino simplemente como uno que está reportando lo que la gente en ese momento está diciendo.

Él dice, “El ángel indico que bajo estas planchas estaban escondidos los intérpretes, sin lo cual no se podía traducir las planchas, y que mediante el uso de estos instrumentos, Smith estaría en condiciones de leer estas lenguas antiguas, los cuales el nunca había estudiado y que el Espíritu Santo podría revelarle a él la traducción en el idioma Inglés”. Vamos a leer lo último de nuevo, porque creo que esto es muy interesante. Él dice que con el Urim y Tumin (los instrumentos) José “estaría en condiciones de leer estas lenguas antiguas, los cuales el nunca había estudiado y que el Espíritu Santo podría revelarle a él la traducción en el idioma Inglés”.

Según un académico que escribió comentando lo anterior: “Por lo tanto, la traducción al Inglés fue, según informes contemporáneos, un producto de las impresiones espirituales que recibió José, más que una traducción automática al idioma Ingles. Esto haría de José Smith, a pesar de sus limitaciones gramaticales, un traductor, de hecho, más que un mero transcriptor de la palabra escrita de Dios”.

Este es el escenario en que me gustaría sugerir que a José se le dio, a través de la inspiración (a través del Urim y Tumin, que es la piedra de vidente o los interpretes nefitas), los medios por los cuales el pudo comprender las palabras y las ideas, y la relación entre estas palabras e ideas, desde el idioma original en que se encontraban las planchas. Pero, José tuvo la responsabilidad de escoger de los significados que el entendió en su mente la traducción del idioma original a un correcto inglés.

Aquellos de nosotros que han tenido la experiencia del aprendizaje de una segunda lengua pueden saber que es posible llegar a un punto en que uno ya no tiene que traducir a partir de esa segunda lengua a su idioma nativo a fin de ser capaces de entenderlo. Es posible simplemente leer un documento y comprender sin la traducción palabra por palabra al idioma propio.

Pero también es un hecho que ese mismo proceso de traducción, cuando se requiere realmente expresar esas ideas que uno puede entender en el idioma original pero sin traducción al idioma nativo (ingles), es mucho más complicado cuando tiene que ser expresada en un inglés correcto. Uno podría ser capaz de leer un documento en francés y ser capaz de entenderlo muy bien, pero si a uno se le pide traducirlo en forma escrita al Inglés, entonces podría requerir un verdadero esfuerzo. Lo mismo es válido si se tratase de un documento en español, un documento en alemán, en hebreo y, desde luego, un documento en el idioma o lo que sea que uno escoja.

Puede ser bastante fácil de entender el significado de algo en el idioma original, las ideas pueden entenderse. Y si se pidiese que proporcionare algún tipo de precisión, es decir, un breve resumen de lo que dice, sería sencillo. Pero si uno tuviese que tratar de entregar una correcta y razonablemente buena traducción literal de los documentos, entonces existe una verdadera dificultad. Se necesita esfuerzo, a veces una gran cantidad de esfuerzo. [nota de admin: Es la pura verdad....]

Ese es el esfuerzo, creo, que está siendo contemplado por el Señor en la sección 9 de Doctrina y Convenios. Oliver tiene que entender que el tiene que estudiarlo en su propia mente, a fin de ser capaz de traducir con éxito. Las palabras se son utilizadas por José son sus propias palabras, aunque las ideas son proporcionadas por la inspiración del Señor, porque, por supuesto, no tenía realmente la oportunidad de aprender el idioma lo suficientemente bien para que él hubiera sido capaz de traducir por si mismo las planchas.

Bueno, yo creo que si entendemos el proceso de traducción de esta manera, una en la que José tuvo que utilizar su propio esfuerzo para pasar la traducción a un ingles correcto con el sentido de las ideas originales y en una manera aceptable y correcta, entonces, creo que podemos entender el siguiente paso del proceso, de acuerdo a como es mencionado tanto por Martin Harris, así como por David Whitmer, es decir, que cuando una traducción aceptable había sido pensada por José Smith en su mente, entonces esta aparecería en el Urim y Tumin y podría ser leída y escrita.

Ahora podríamos hacernos la siguiente pregunta: ¿bueno, entonces no sería posible para alguien hacer una traducción diferente? Y la respuesta es absolutamente sí. De hecho, George Albert Smith, quien fue miembro de la primera presidencia y un miembro de los primeros quórums de los Doce (ordenado en 1839), así que conoció personalmente a José, dice que habría sido posible traducir el Libro de Mormón a varios otros idiomas, posiblemente con numerosos cambios en el lenguaje, y todavía tener el sentido del original expresado correctamente. En la clase de idiomas que yo enseño, se que si tuviera que pedir a un grupo de media docena de estudiantes que tomasen un mismo texto y lo tradujeran al inglés, podría tener seis traducción diferentes, pero cada una de las cuales podría ser aceptablemente precisa en el sentido de la original.

Entonces el decir que hay una sola manera de traducir un texto, es algo que probablemente por la naturaleza de los lenguajes sea algo incorrecto. Numerosas formas son a menudo puestas a disposición, cada una de las cuales y con aceptable precisión, expresaran las ideas del original. Si otra persona hubiese traducido el Libro de Mormón, tengo la impresión de que algunas de las palabras podrían haber sido diferentes, o que a veces la sintaxis hubiera sido un poco diferente, pero el sentido del texto no podría ser cambiado en la medida en que esa persona traduce a través de la inspiración del Señor.

Ahora me gustaría leer algunos comentarios que fueron hechos por Emma relativos el proceso de traducción que van más allá del tema, método, medios o instrumento usado sino que nos proporcionan algunos datos muy interesantes en un contexto más amplio de la traducción de José. Ya hemos mencionado una en la que está respondiendo a la pregunta acerca de cómo José tradujo.

Ahora me gustaría señalar otra cosa que nos dice de su propia experiencia, cuando actuó como escriba. Ella dice, a una persona que está haciendo una pregunta acerca de la traducción: “Cuando mi marido hacia la traducción del Libro de Mormón, yo escribí una parte de esta”, (y debemos tener en cuenta que hubo mucha gente que trabajo en la traducción como escribas, aunque el que escribió la mayor parte de lo que tenemos ahora como el Libro de Mormón fue Oliver Cowdery).

Ella dice, “Yo escribí una parte así como él dictaba cada frase, palabra por palabra, y cuando llegó a los nombres propios no podía pronunciar frases largas, en las deletreaba poco a poco. Y mientras yo estaba escribiendo, si cometía un error de ortografía, el me detenía y corregía la ortografía”(precisamente lo que hemos visto mencionado por Martin Harris en relación con el proceso de traducción),” aunque era imposible para él ver lo que estaba escribiendo en ese momento”.


“Había algunas palabras que él no sabía cómo pronunciarlas, incluso palabras como Sarah o Sariah, y tuvo que deletrear cada una de ellas” y ella se las pronunciaba. “Cuando se detenía por algún motivo, el podía, cuando comenzaba de nuevo, comenzar donde había dejado el texto sin vacilar o tener alguna duda, y una vez mientras estaba traduciendo se detuvo de repente, pálido como una hoja, y dijo: Emma, Jerusalén tenia murallas?. Cuando le respondí que sí, él respondió, Oh, me temo que me enseñaron mal”.

Ella escribe “Él tenía un conocimiento limitado de historia, que ni siquiera sabía que Jerusalén estuvo rodeada de murallas”.

Bueno, David Whitmer dice algo muy similar sobre este mismo evento. “Cuando, en la traducción, por primera vez se habla da Jerusalén como una ciudad amurallada, se detuvo hasta que tuvo una Biblia y pudo ver que este hecho estaba registrado, Smith no creía de que se tratase de una ciudad amurallada”.

Bueno, Emma dice otras cosas a mi juicio maravillosas, en el curso de una larga entrevista que tuvo con su hijo, José Smith III, con su segundo marido, Bidemon, y varios otros. Esta entrevista, que apareció en el “Saints Herald” en 1879, sólo poco antes de su muerte, se compone de preguntas y respuestas. Me gustaría leerlo para ustedes, porque, una vez más, nos proporciona un importante y hermoso conocimiento del Libro de Mormón y un gran testimonio sobre la persona que conoció a José mejor que nadie y que estuvo más cerca que nadie de él en el tiempo en el cual el Libro de Mormón fue traducido.

La primera pregunta es:”Es el mormonismo verdadero?”
Y ella respondió: “Yo sé que el Mormonismo es verdadero y creo que la Iglesia ha sido establecida por dirección divina. Yo tengo una completa fe en esto. Cuando escribía para tu padre, a menudo escribía día tras día, a menudo sentado en la mesa cerca de él, mientras el dictaba, hora tras hora, sin nada entre nosotros.”

Siguiente pregunta fue: “El no tenía un libro o manuscrito desde el cual el leía o te dictaba?”
Su respuesta: “Él no tenía un libro o manuscrito para leer de el.”

Pregunta: “¿Podría haberlo tenido y que usted no se hubiese dado cuenta?”
Respuesta: “Si él hubiese tenido algo de ese tipo no hubiese podido habérmelo ocultado.”

Pregunta: “¿Está segura de él que tenía las planchas en el tiempo en que tu estuviste escribiendo para él?”
Respuesta: “Las planchas solían estar sobre la mesa sin ningún esfuerzo de ser ocultadas, envuelta en un pequeño mantel de lino que le había dado para poner dentro las planchas. Una vez sentí las planchas, cuando estaban en la mesa y toque sus bordes y formas. Parecían ser flexibles como el papel grueso y emitían un ruido metálico cuando los bordes eran movidos con el pulgar, así como a veces ocurre cuando se pasa un pulgar por los bordes de un libro.

Pregunta: “¿Donde escribieron padre y Oliver?”
Respuesta: “Oliver Cowdery y tu padre escribieron en la habitación donde yo hacía mis trabajos.”

Pregunta: “No podría haber dictado padre el Libro de Mormón a ti, Oliver Cowdery y los otros que escribieron para él después de haber escrito o haber leído algunos de los libros que existían?”
La respuesta aquí es bastante fuerte, pero creo que es un punto muy importante. Ella dice: “José Smith no podía ni escribir ni dictar una carta en forma coherente, y menos aún dictar un libro como el Libro de Mormón. Y además yo fui una participante activa en lo ocurrido y estuve presente durante la traducción de las planchas, y tenía conocimiento de las cosas tal y como sucedieron, es una cosa maravillosa para mí, una maravilla y una maravilla tanto como para cualquier otra persona “.

Pregunta: “Debo suponer que usted podría haber descubierto las planchas y examinarlas.”
Su respuesta (esto creo que reflexiona sobre su propia fe en una manera interesante): “Yo no intenté manipular las planchas como otros han dicho, ni descubrirlas para mirarlas. Yo estaba convencida de que era un trabajo de Dios y, por tanto, no sentí la necesidad de hacerlo.”

En ese momento su marido, Major Bidemon, le preguntó, “¿Te prohibió el Sr. Smith examinar las planchas?”
Y su respuesta fue: “No lo creo. Yo sabía que él las tenia y no fui especialmente curiosa acerca de estas. [Y me encanta esta parte de su respuesta.] Yo las movía de lugar a lugar en la mesa conforme me era necesario para hacer las cosas de mi hogar.

Bueno, otra parte de la misma entrevista creo que también refleja un poco de su testimonio, y nos proporciona alguna información sobre estos acontecimientos.

Ahora le pregunta su hijo José III: “Madre, ¿cuál es su creencia sobre la autenticidad o el origen del Libro de Mormón?”
Y su respuesta fue: “Mi creencia es que el Libro de Mormón es de autenticidad divina. No tengo la menor duda de ello. Estoy convencida de que ningún hombre podría haber dictado la escritura de los manuscritos a no ser que fuese inspirado. En efecto, cuando actué como su escriba, su padre dictó para mí, hora tras hora, y cuando regresamos después de las comidas, o después de una interrupción, comenzaba en el lugar donde lo había dejado, sin ver el manuscrito, sin pedir que le leyera una pedazo del mismo, esto era lo habitual. Habría sido poco probable que un hombre pueda hacer esto, y para uno indocto como fue el era simplemente imposible.

Bueno, hay otros grandes testimonios de la labor de José de la traducción, también. Otro que me gustaría leer aquí es David Whitmer quien nos indica el espíritu con el que José tuvo que hacerlo. No debemos imaginar que José podría hacerlo automáticamente. Ya hemos visto de la historia de Martin Harris que se trataba de una piedra muy especial que fue designada como la piedra del vidente, por lo que tenía que tener un espíritu apropiado para poder usar la piedra o los intérpretes.

David cuenta esta historia: “Una mañana, cuando José estaba disponiéndose a seguir en la traducción, algo salió mal en la casa, y José estaba preocupado con ello. Algo que Emma, su esposa, había hecho. Oliver fue arriba y José subió poco después para continuar la traducción, pero no pudo hacer nada. No podía traducir una sola sílaba. Se fue abajo, hacia la huerta, y suplicó al Señor. Él se fue por alrededor de una hora, volvió a la casa, pidió perdón a Emma, y luego fueron arriba, donde estábamos, y la traducción comenzó bien de nuevo. Él no pudo hacer nada a menos que fuese humilde y fiel”.

También muchas otras cosas se puede decir de la traducción. Sólo un par, sin embargo, con las que me gustaría terminar. En primer lugar, no sea que nos imaginamos que este proceso de traducción es una simple cosa, algo que cualquiera sería capaz de hacer, me gustaría proponer la prueba que el hermano Hugh Nibley ha sugerido para cualquiera que desee llevar a cabo esto. Hasta la fecha, por cierto, no sé de nadie que la haya tomado, aunque el Libro de Mormón ha tenido muchos que han cuestionado su autenticidad divina.

Esto es lo que él sugiere en algunas de sus clases de Libro de Mormón:


Dado que José Smith fue más joven que la mayoría de ustedes [por supuesto, se estaba refiriendo a un grupo de estudiantes de BYU], y no tan experimentado o bien educados como alguno de ustedes en el momento en que él registró los derechos de autor el Libro de Mormón, no debería ser demasiado el pedirles que escriban para el final del semestre (lo que en realidad les da más tiempo del que José tuvo, ya que casi todo el Libro de Mormón se hizo dentro de un espacio de unos 84 días más o menos), un documento de algo así como 500 a 600 páginas.

Llámelo un libro sagrado si quieren, y denle la forma de una historia. Hablen de una comunidad de viajeros judíos en tiempos antiguos. Tiene que tener todo tipo de personajes en su historia, y su participación es en todo tipo de vicisitudes públicas y privadas. Darles nombres, cientos de ellos, pretendiendo que son verdaderos nombres en hebreo y egipcio de alrededor del 600 AC Deben ser generosos con los detalles técnicos y culturales, usos y costumbres, las artes y las industrias, las instituciones políticas y religiosas, ritos y tradiciones. Incluyan una larga y complicada historia militar y económica. Hagan que su narrativa pueda cubrir miles de años sin grandes lagunas. A la vez debe mantener una serie de historias locales. Siéntanse libres de introducir controversias religiosas y filosóficas en el debate, siempre en una forma realista.

Observen las convenciones literarias apropiadas y expliquen la obtención y la transmisión de sus variados materiales históricos. Por encima de todo, nunca se contradigan a ustedes mismos. Porque, ahora llegamos a la parte realmente difícil de esta tarea. Usted y yo sabemos que es usted el que está creando todo esto, es una pequeña broma entre nosotros. Pero al mismo tiempo, deben publicar su documento no como una ficción o novela, sino como una historia verdadera.

Después de haberlo entregado no puede hacer cambios en él. En esta clase siempre uso la primera edición del Libro de Mormón. Además de todo deben invitar a cualquiera y a todos los estudiosos a leer y criticar libremente su trabajo, explicando a ellos que se trata de un libro sagrado a la par con la Biblia. Si parece demasiado escéptico, podría decirles que tradujo el libro de registros originales con la ayuda del Urim y Tumin. Además, para disipar sus dudas, podría decirles que el manuscrito original estaba en planchas de oro y que el que les paso las planchas era un ángel!!!.

Así que ahora, id a trabajar y buena suerte.

Consideren que esta fue la tarea de José, y que preciso fue para cumplirlo.

Sidney Rigdon, reflexionando sobre sus experiencias en los primeros días de la Iglesia, recordó en abril de 1844 algo que creo que es de más interesante y revelador. Él dice, “Yo recuerdo en el año 1830, cuando estaba en con toda la Iglesia de Cristo en una pequeña, antigua casa de madera de cerca de veinte metros cuadrados, en Waterloo, Nueva York, y empezamos a hablar sobre el reino de Dios como si hubiéramos tenido el mundo a nuestro alcance. Hablamos con mucha confianza. Hablamos grandes cosas. A pesar de que no éramos muchas personas teníamos grandes sentimientos. Sabíamos hace catorce años que la Iglesia se convertiría en una tan grande como lo es hoy. Éramos tan grandes entonces como vamos a llegar a ser. Sin ver este pueblo (Nauvoo), nosotros vimos en la visión de la Iglesia de Dios algo como un millar de veces más grande, aunque no éramos más que unos granjeros. Todos los elderes, todos los miembros, se reunían en una conferencia en una pieza de no más de veinte metros cuadrados. ”

Yo prefiero pensar que Sidney y otros primeros miembros de la Iglesia también tuvieron una visión, no sólo de los años de la Iglesia en la década de 1840, sino que de nuestros días, y habían previsto el tipo de crecimiento que hemos tenido. Pero no es sólo el crecimiento que viene a través de los números lo que estamos buscando, sino que es la fuerza de cada uno de los miembros que viene a través de sus testimonios. Estoy seguro de que esta es una de las razones por las que los presidentes de la Iglesia, más recientemente el Presidente Benson, han subrayado la importancia de leer y estudiar el Libro de Mormón debido a que no hay mejor manera en que podemos ser fuertes en la Iglesia y obtener los testimonios que nos permitan actuar en el cumplimiento de nuestra parte del plan de salvación que a través del Libro de Mormón.

Considero el Libro de Mormón como uno de los grandes regalos que han sido dados por Dios para esta dispensación. Así como la restauración es una gran parte de “una obra grande y maravillosa” que fue profetizado por Nefi, una parte muy importante de esta “obra grande y maravilloso” es el Libro de Mormón. Confío en que vamos a tomar en serio nuestra obligación de leer y estudiar, que vamos a empezar a apreciar cuán grande es esta maravilla, tanto en la forma en que salió, como en lo que el libro tiene para decirnos. Ruego que lo leamos, lo estudiemos, lo tomemos en serio en nuestras vidas, y que podamos crecer a través de él, en el nombre de Jesucristo, Amén.

Curiosidades SUD

Lo que los Manuscritos y los Testigos nos dicen en cuanto a la Traducción de El Libro de Mormón


Daniel C. Peterson
Traducción libre por Walter Iván Cruz, Perú


Royal Skousen ha dedicado una década y media a un estudio intensivo del texto del Libro de Mormón, y de manera especial al manuscrito original y al del editor. Es su fuerte opinión que la evidencia del manuscrito apoya el relato tradicional del origen del Libro de Mormón, y que no apoya la idea de que José Smith elaboró por sí mismo el texto o lo copió de cualquier otro manuscrito existente. Todos los testigos creían que de alguna manera José Smith veía las palabras y se las leía a los escribas. Tomados en conjunto, estos dos hechos son altamente significativos. Examinemos brevemente algunos datos relevantes.

Ante todo, la evidencia apoya fuertemente el relato tradicional que narra que el manuscrito original fue dictado oralmente. Las clases de errores que ocurren en el manuscrito son claramente los que ocurren cuando un escriba no escuchó bien, en vez de ser errores de mala lectura cuando se copia de otro manuscrito. (Por contraste, el manuscrito del impresor muestra precisamente la clase de anomalías que uno esperaría de los errores de un copista). El análisis meticuloso de Royal aún sugiere que José estuvo trabajando con más de veinte o treinta palabras a la vez.

Es aparente que José podía ver el deletreo de los nombres desde donde sea que los leía. Cuando el escriba había escrito el texto, él (o ella en el caso de Emma Smith) evidentemente lo leía en voz alta a José Smith para su corrección. De manera que el Profeta evidentemente tenía algo con él desde donde él dictaba, y con lo cual podía corregir lo que sus escribas habían escrito. Pero, ¿qué era esto? Los testigos son unánimes en cuanto a que él no tenía ningún libro, manuscrito o documento con él durante el proceso de traducción, el cual comprendía largos períodos de dictado.

En una entrevista con su hijo, José Smith III, poco antes de que ella muriese, Emma Smith insistía en que José no tenía ningún texto con él durante la obra de traducción:

P. ¿No tenía él un libro o manuscrito desde donde a usted le leía o dictaba?

R. Él no tenía ningún manuscrito ni libro desde donde leía.

P. ¿No podía tenerlo sin que usted lo supiera?

R. Si él hubiese tenido alguna cosa parecida no podría haberla ocultado de mí.

Emma Smith pudo hablar con autoridad con respecto al período durante el cual ella misma sirvió como escriba. Pero ¿qué hay sobre el período más prolongado cuando Oliverio Cowdery estaba tomando el dictado? De hecho, Emma podía hablar de una experiencia personal con respecto a ese tiempo también. Mientras estaban en Harmony, Pennsylvania – donde la mayor parte del texto de El Libro de Mormón fue escrito – Emma dijo que José y Oliverio no estaban lejos de ella:

P. ¿Dónde escribían papá y Oliverio Cowdery?

R. Oliverio Cowdery y tu padre escribían en el cuarto en donde yo estaba trabajando.

Ella dijo: “Las planchas a menudo descansaban en la mesa sin ninguna intención de ser escondidas, envueltas con un pequeño mantel de lino, que yo le había dado a él para envolverlas. Una vez sentí las planchas cuando estaban en la mesa, trazando su borde y su forma. Parecían ser apilables como papel grueso, y emitían un sonido metálico cuando se movían los bordes con el pulgar, como cuando uno pasa los dedos por los bordes de las páginas de un libro.”

No mucho después de hablar con ella, José Smith III escribió una carta en la que él resumió algunas de las respuestas que ella dio a sus preguntas. “Ella escribió para José Smith durante la obra de traducción, como también lo hicieron Rubén Hale, su hermano, y O. Cowdery; que la mayor parte de esta obra fue hecha en su presencia, y en donde ella podía ver y saber lo que se estaba haciendo; que mientras duró José Smith no tuvo ningún mss. [manuscrito] o libro de ninguna clase desde donde pudiese leer, o dictar, excepto las planchas metálicas, las cuales ella sabía que él tenía.”

Un corresponsal del Chicago Times entrevistó a David Whitmer el 14 de Octubre de 1881, y obtuvo la misma historia: “El Sr. Whitmer afirma enfáticamente, como lo hicieron Harris y Cowdery, que mientras Smith dictaba la traducción éste no tenía notas manuscritas u otros medios de conocimiento salvo la piedra vidente y los caracteres que se veían en las planchas, y que él [i.e., David Whitmer] estuvo presente y presenció como se realizaba.”

De manera similar, el St. Louis Republican, basado en una entrevista a mediados de Julio de 1884, informó que “Papá Whitmer, quien estuvo presente muy frecuentemente durante la escritura del manuscrito [i.e., de el Libro de Mormón], afirma que José Smith no tenía ningún libro o manuscrito frente a él del cual éste pudiera leer como se afirma que lo hizo, habiendo tenido él (Whitmer) la oportunidad de saber si Smith tenía el romance de Salomón Spaulding, [i.e., una novela] o el de cualquier otra persona, como para leer de éste.”

David Whitmer repitió insistentemente que el proceso de traducción ocurrió a plena vista de los familiares y amigos de José Smith. (La imagen común de una cortina que colgaba entre el Profeta y sus escribas, vista algunas veces en ilustraciones de la historia del Libro de Mormón, está basada en una mala interpretación. Sí existió una cortina, al menos en las últimas etapas del proceso de traducción, sin embargo, esa cortina no estaba suspendida entre el traductor y el escriba sino cerca de la puerta delantera de la casa de Peter Whitmer, con el fin de prevenir que los caminantes y mirones interfieran con la obra.)

Una evidencia adicional que demuestra que, sea lo que estuviera pasando, José Smith no estaba simplemente leyendo de un manuscrito, proviene de un episodio relatado por David Whitmer a William H. Kelley y a G. A. Blakeslee en enero de 1882:

Él no podía traducir a menos que fuese humilde y poseyese los sentimientos correctos hacia todos. Se los ilustraré para que vean. Una mañana cuando él estaba alistándose para continuar con la traducción, algo estuvo mal con la casa y él se molesto por esto; era algo que Emma, su esposa, había hecho. Oliverio y yo subimos las escaleras y José se nos unió rápidamente para continuar con la traducción, pero él no pudo hacer nada. No pudo traducir ni una simple sílaba. Él bajó las escaleras y fue a un jardín en donde oró al Señor; estuvo fuera por casi una hora, y cuando volvió a la casa le pidió perdón a Emma y entonces subió las escaleras a dónde estábamos y la traducción continuó sin problemas. Él no podía hacer nada a menos que fuese humilde y fiel.

Whitmer le contó la misma historia a un corresponsal del Omaha Herald durante una entrevista el 10 de octubre de 1886. En lo que tal vez es un lenguaje sobredimensionado, el reportero del Herald resumió el acontecimiento de la siguiente manera:

Él [José Smith] fue de nuevo a orar a la arboleda, y esta vez se fue por una hora completa. Sus amigos llegaron a estar bastante preocupados, y estaban a punto de organizar una búsqueda, cuando José entró pálido a la habitación, habiendo padecido un severo castigo de las manos del Señor. Fue directamente a su esposa en humildad, pidiendo y obteniendo su perdón, volvió a la obra, y con mucho gozo para él mismo y para los ansiosos amigos que lo rodeaban, la piedra volvió a mostrar las letras de fuego.

Parecería ser de esta anécdota que José Smith necesitaba estar espiritual o emocionalmente preparado para que continuase el proceso de traducción, algo que hubiese sido completamente innecesario si simplemente él lo hubiese leído de un manuscrito preparado. En este punto un escéptico podría tal vez sugerir que las distracciones emocionales interferían con la habilidad de José Smith para recordar un texto que él había memorizado la noche anterior para dictárselo a sus inocentes secretarios, o que los devaneos personales lo distraían como para poder improvisar un texto original que pueda ser escrito como si le hubiese ocurrido a él. Pero tales potenciales contra-explicaciones sufren de serios defectos: Si fuera remotamente posible imaginar a José Smith o a cualquier otra persona memorizar o componer casi 5000 palabras diarias, día tras día, semana tras semana, en la producción de un libro complejo y voluminoso es una pregunta que los lectores pueden meditar por sí mismos. También uno podría preguntarle al mismo escéptico por qué José simplemente no escribió el libro por sí mismo si estaba en verdad fingiendo la recepción del texto por revelación.

Una anécdota relatada por Martín Harris a Edward Stevenson dar evidencia contra el que la traducción sea un simple dictado de un texto memorizado o la lectura mecánica de un manuscrito ordinario introducido subrepticiamente en la habitación. Al hablar Harris de los primeros días de la obra, antes de la llegada de Oliverio Cowdery, cuando él servía como escriba, “dijo que el Profeta poseía una piedra vidente, mediante la cual él era capaz de traducir, así como también por el Urim y Tumim, y que por conveniencia él usaba la piedra vidente.” La piedra vidente era colocada en un sombrero para oscurecer la luz circundante y hacer legibles las palabras escritas en ella. Al contrario, por supuesto, el escriba necesitaba luz para poder escribir el texto. Esta situación, aunada al hecho de no existir una cortina divisoria, puede haber hecho muy difícil, si no imposible, que José escondiese un manuscrito, o libros, o las planchas mismas. El relato de Stevenson continúa:

Con la ayuda de la piedra vidente aparecían las oraciones y eran leídas por José y escritas por Martín, y cuando terminaba de escribir él decía: “Escrito”, y si estaba correctamente escrito, la oración desaparecía y aparecía otra en su lugar, pero si no estaba escrita correctamente esta permanecía hasta que se corrigiese, de manera que la traducción era tal como fue grabada en las planchas, precisamente en el lenguaje que se usaba entonces. Martín dijo que después de continuar con la traducción cuando ellos se cansaban, bajaban al río y se ejercitaban tirando piedras, etc. En una ocasión mientras lo hacían, Martín encontró una piedra que se asemejaba mucho a la que se usaba para traducir, y al reasumir la obra de traducción, Martín reemplazó la piedra vidente con la que había encontrado. Él dijo que el Profeta permaneció en silencio, y se esforzaba de manera inusual por ver en la obscuridad, sin que aparecieran trazos de las habituales oraciones. Muy sorprendido, José exclamó: “¡Martín! ¿Qué es lo que pasa? ¡Todo está tan obscuro como en Egipto!” El rostro de Martín lo delató, y el Profeta le preguntó por qué lo había hecho, a lo que Martín respondió que para tapar la boca de los necios que le habían dicho que el Profeta se había aprendido todas esas oraciones y que solo las estaba repitiendo, etc.

Además, resulta claro por medio de un cuidadoso análisis del manuscrito original que José no sabía de antemano lo que el texto iba a decir. Los cortes de capítulos y las divisiones de los libros aparentemente lo sorprendían. Evidentemente él veía alguna indicación de un corte en el texto, y, cada vez que ocurría, le decía al escriba que escribiese “Capítulo” y más tarde se agregaban los números. Por ejemplo, en lo que ahora reconocemos como el final de 1 Nefi, el manuscrito original primero indica que iba a empezar un nuevo capítulo (En las divisiones de capítulos original el texto que continuaba estaba marcado como “Capítulo VIII.) Cuando José y Oliverio subsecuentemente descubrieron que en vez de eso estaban ante el inicio de un libro completamente distinto, 2 Nefi, la especificación original de capítulo fue tachada y colocada después del título del nuevo libro. Esto es muy instructivo. Indica que José podía solo ver el final de una sección pero que no sabía si la siguiente sección sería otra porción del mismo libro o, por el contrario, el comienzo de un libro enteramente nuevo.

Inclusive, había partes del texto que él no entendía. Su esposa Emma recordaba de las primeras etapas de la traducción: “Cuando llegaba a los nombres propios que él no podía pronunciar, o a palabras largas, las deletreaba”, y evidentemente ella mencionó su experiencia a David Whitmer o a cualquier otra persona que supiese de este fenómeno de manera independiente. Whitmer le contó a E. C. Briggs y a Rodolfo Etzenhouser en 1884 que “cuando José no podía pronunciar las palabras las decía letra por letra.” Briggs también recordó una entrevista de 1856 en la que Emma Smith “hizo hincapié en la limitada educación de su esposo mientras él traducía el Libro de Mormón, cuando ella era su escriba, ‘Él no podía pronunciar la palabra Saríah.’ Y en una ocasión cuando estaba traduciendo, cuando se mencionaron los muros de Jerusalén, él se detuvo y dijo: ‘Emma, ¿Jerusalén tenía muros que la rodeaban? Cuando le dije que así era me respondió: ‘Oh, pensé que había sido engañado.’” Como se resumió del testimonio de David Whitmer en 1885 en el Chicago Tribune, éste confirmó la experiencia de Emma: “Al traducir los caracteres, Smith, quien era iletradoy muy poco versado en la historia bíblica, a menudo era compelido a deletrear las palabras, no sabiendo la pronunciación correcta, y el Sr. Whitmer recuerda el hecho de que en ese tiempo Smith ni siquiera sabía que Jerusalén era una ciudad amurallada.” (El uso del término iletrado es potencialmente engañoso puesto que José Smith era letrado, según el uso actual de la palabra, ya que él podía leer y escribir. Pero José no era una persona instruida; no era un hombre de letras. Según esto, en un sentido de la palabra, él era iletrado.)

En la noticia de la muerte de David Whitmer, e indudablemente basados en sus entrevistas anteriores a él, el número del Chicago Times del 24 de enero de 1888 volvió a hacer alusión a las dificultades que tenía José Smith con el texto que dictaba: “Smith, siendo iletrado, a menudo tropezaba con palabras grandes, las que el maestro de la villa [Oliverio Cowdery] se las pronunciaba, de tal manera que la obra prosiguiera.”

Así vemos que José Smith parecía haber estado leyendo desde algo, pero que no tenía ningún libro, manuscrito o documento con él. Parece ser que era un texto nuevo y extraño para él, y que requería cierto enfoque emocional o mental antes de poder leerlo. Todo esto es completamente consistente con las afirmaciones de José Smith, de que él estaba dictando el texto por revelación mediante un instrumento interpretativo, y no concuerda con las afirmaciones de que él había creado el texto previamente, o que estaba leyendo de una copia fraudulenta de algún manuscrito perteneciente a otra persona. Para hacer plausible esta última teoría tendríamos que rechazar el testimonio unánime de los testigos visuales en el proceso e ignorar la evidencia del mismo manuscrito original